lunes, 4 de abril de 2011

De la feria. Morado.

Isidoro ingresó en la vida monástica, fue abad del monasterio y luego obispo de Sevilla durante casi cuarenta años, hasta su muerte en el 636. Fundó un colegio para la formación del clero y de los laicos, y presidió el concilio de Toledo, que dispuso la tolerancia hacia los judíos y ordenó la liturgia hispana. Estudioso de la cultura clásica, dejó varios escritos de relevancia.

LECTURA

Is 65, 17-21

Lectura del libro de Isaías.

Así habla el Señor: "Yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. No quedará el recuerdo del pasado ni se lo traerá a la memoria, sino que se regocijarán y se alegrarán para siempre por lo que yo voy a crear: porque voy a crear a Jerusalén para la alegría y a su pueblo para el gozo. Jerusalén será mi alegría, yo estaré gozoso a causa de mi pueblo, y nunca más se escucharán en ella ni llantos ni alaridos. Ya no habrá allí niños que vivan pocos días ni ancianos que no completen sus años, porque el más joven morirá a los cien años y al que no llegue a esa edad se lo tendrá por maldito. Edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus frutos".

Palabra de Dios.



Comentario

¡Cuántos anhelos expresa esta profecía! También nosotros esperamos el día en que no mueran los niños por desnutrición o por las guerras. También nosotros esperamos el día en que cada familia construya la casa donde habitar y el trabajo sea la forma de proveer el sustento. Esta vida en plenitud es lo que queremos. Y es también lo que quiere Dios.



SALMO

Sal 29, 2. 4-6. 11-12. 13

R. ¡Te glorifico, Señor, porque me libraste!

Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí. Tú, Señor, me levantaste del Abismo y me hiciste revivir, cuando estaba entre los que bajan al sepulcro. R.

Canten al Señor, sus fieles; den gracias a su santo Nombre, porque su enojo dura un instante, y su bondad, toda la vida: si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la alegría. R.

Escucha, Señor, ten piedad de mí; ven a ayudarme, Señor. Tú convertiste mi lamento en júbilo, ¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente! R.



EVANGELIO

Jn 4, 43-54

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

Jesús partió hacia Galilea. Él mismo había declarado que un profeta no goza de prestigio en su propio pueblo. Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta. Y fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía su hijo enfermo en Cafarnaún. Cuando supo que Jesús había llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que bajara a sanar a su hijo moribundo. Jesús le dijo: "Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen". El funcionario le respondió: "Señor, baja antes que mi hijo se muera". "Vuelve a tu casa, tu hijo vive", le dijo Jesús. El hombre creyó en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Mientras descendía, le salieron al encuentro sus servidores y le anunciaron que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora se había sentido mejor. "Ayer, a la una de la tarde, se le fue la fiebre", le respondieron. El padre recordó que era la misma hora en que Jesús le había dicho: "Tu hijo vive". Y entonces creyó él y toda su familia. Éste fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.

Palabra del Señor.



Comentario

"Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen". El reproche de Jesús se dirige también a nosotros. ¡Cuántos cristianos limitan su fe a pedir prodigios! "Creo ?dicen?, en la medida en que tú, Señor, escuches mi oración, resuelvas mis problemas, hagas los milagros que yo te pida". Sin embargo, todo, en el relato, nos está enseñando cuál es la única fe que merece tal nombre: la que se apoya en la palabra de Jesús, la que llega hasta aceptar su persona. Nadie más que Jesús da vida. Nadie más que él vence la enfermedad y la muerte" (Comentario de la Biblia para la Iniciación Cristiana, Conf. Episcopal Española).

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