lunes, 5 de enero de 2015

Lunes de la segunda semana de Navidad 
PRIMERA LECTURA
Hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 11-21
Queridos hermanos:
Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
No seamos como Caín, que procedía del Maligno y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran buenas.
No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos.
El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.
Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?
Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios.

Palabra de Dios. 


SALMO RESPONSORIAL: Sal 99, 1-2. 3. 4. 5
R. Aclama al Señor, tierra entera.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna, s
u fidelidad por todas las edades.» R.


EVANGELIO
Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 43-51
En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice:
- «Sígueme.»
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice:
- «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó:
- «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó:
- «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
- «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta:
- «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde:
- «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió:
- «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó:
- «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?
Has de ver cosas mayores.»
Y le añadió:
- «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor.

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