jueves, 6 de febrero de 2014

Jueves de la cuarta semana del tiempo ordinario. San Pablo Miki y compañeros mártires 
PRIMERA LECTURA
Yo emprendo el viaje de todos. ¡Ánimo, Salomón, sé un hombre!

Lectura del primer libro de los Reyes 2, 1-4. 10-12
Estando ya próximo a morir, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón:
-«Yo emprendo el viaje de todos. ¡Ánimo, sé un hombre! Guarda las consignas del Señor, tu Dios, caminando por sus sendas, guardando sus preceptos, mandatos, decretos y normas, como están escritos en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todas tus empresas, dondequiera que vayas; para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: "Si tus hijos saben comportarse, caminando sinceramente en mi presencia, con todo el corazón y con toda el alma, no te faltará un descendiente en el trono de Israel."»
David fue a reunirse con sus antepasados y lo enterraron en la Ciudad de David. Reinó en Israel cuarenta años: siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Salomón le sucedió en el trono, y su reino se consolidó.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL l Cro 29, 10. 1lab. 11d-12a. 12bcd 
R. Tú eres Señor del universo.
Bendito eres, Señor, 
Dios de nuestro padre Israel, 
por los siglos de los siglos. R.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, 
la gloria, el esplendor, la majestad, 
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R.
Tú eres rey y soberano de todo. 
De ti viene la riqueza y la gloria. R.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza, 
tú engrandeces y confortas a todos. R.


EVANGELIO
Los fue enviando

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 7-13
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió:
-«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor.

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